Afectados denuncian posible estafa de la empresa “Inglés sin barreras”.
Los casos de estafa a través de mensajes de texto enviados a celulares de miles de salvadoreños, con frases para muchos “tentadoras” que anuncian la obtención de algunos premios, es la forma de operar que en los últimos años ha permitido que tanto nacionales como extranjeros se lucren gracias a la “inocencia” de la gente que cae en dichas trampas.
Frases como: “Usted se ha hecho acreedor / a de un certificado de seis regalos, entre ellos un curso de inglés, una PC y un curso de computación.
Para reclamar sus premios marque al teléfono xxxx-xxxx”, son las que sirven de anzuelo para que salvadoreños y salvadoreñas deseosos de superarse profesionalmente, se vuelvan parte de las listas de víctimas de estafadores.
Caso “Inglés sin Barreras”
Desde hace aproximadamente 10 años opera en El Salvador, una empresa, cuyos dueños son de origen hondureño, llamada “Inglés sin Barreras”, la cual, a través de mensajes de texto enviados desde Honduras a celulares de muchos salvadoreños o través de hojas volantes que funcionan como “certificados de regalo”, hace creer a las personas que han ganado algunos premios, entre ellos cursos de inglés y computación, además de una computadora.
Muchas personas, tanto de la parte central, como oriental y occidental del país, llaman al número indicado para obtener mayor información de cómo reclamar sus “premios”.
Basta con llamar a dicho número para que alguien conteste de manera amable, con la siguiente respuesta: “Para hacer válido su certificado de regalos debe venir a nuestra oficina para que se le entregue la computadora y se inscriba en las clases de inglés y computación”.
Cuando las personas llegan a cualquiera de las tres sucursales ubicadas en San Miguel, San Salvador o Santa Ana a reclamar los “premios”, se encuentran con la noticia que para obtenerlos deben pagar $250. Lo cual no está escrito ni en los mensajes enviados a los celulares ni en las hojas volantes.
Ante dicha oferta, hay quienes por la falta de dinero desisten de ella, sin embargo, están aquellos que la aceptan sin mayor reparo y lo antes posible se movilizan a cualquiera de las “sucursales”, dependiendo de la zona de residencia de las de los interesados, para obtener los beneficios ofrecidos.
Cuando las personas interesadas se acercan a cualquiera de las agencias y cancelan los $250, se les entrega la computadora y un recibo en el que claramente se lee que dicho producto “no tiene garantía”, sin embargo, los “favorecidos”, la aceptan.
En cuanto a las clases de inglés y computación, las personas que atienden a los “ganadores”, les indican que se les llamará por teléfono para indicarles la fecha y hora en que dichos cursos iniciarán.
Entre la lista de los “ganadores” que durante varios meses ha esperado el inicio de las clases, se encuentra Claudia M., quien desde marzo de 2007 decidió probar suerte ante el mensaje que había recibido en su celular.
Originaria de Lourdes, Colón, en el departamento de La Libertad, junto con su esposo viajaron a San Salvador para hacer efectivos sus premios.
La computadora se la entregaron en el momento y a pesar de no ser el modelo que esperaba recibir, la aceptó.
Se inscribió en las clases de inglés y en el curso de computación.
Para el primero esperó nueve meses para que le anunciaran su inicio, al cual llegó y se encontró con la sorpresa que “no había quien impartiera las clases”, mientras que el curso de computación lo inició casi de inmediato, sin embargo, fue más la espera que la duración del mismo.
En cuanto a la computadora, que según la hoja volante, “son traídas desde Estados Unidos y Canadá, con el objetivo de ayudar a los centroamericanos a superarse”, tuvo una vida útil de a penas dos meses, sin derecho a reposición o revisión, ya que en el recibo se lee claramente que “no tiene garantía”.
“Yo vine a las clases de computación y la verdad es que no aprendí nada. Más que vine a gastar mi tiempo y mi dinero”, indicó molesta y decepcionada Claudia.
Pero no solamente han sido los “ganadores” quienes han resultado estafados por Benjamín E., quien dice ser el dueño de la empresa, y su esposa, sino también personas que en busca de una buena oportunidad de empleo han asistido a las entrevistas.
Ejemplo de ello es el caso de Iván G., un joven originario de San Salvador, quien ante una “tentadora” oferta laboral publicada en un matutino decidió probar suerte y concertar una entrevista.
Según Iván, a pesar de que en ningún momento le hicieron firmar contrato laboral, aceptó el trabajo, el cual se le indicó en la entrevista, sería remunerado cada quincena.
“Yo comencé a trabajar como instructor pero nunca me pagaron nada.
Primero me dijeron que necesitaba abrir una cuenta y hasta tuve que prestar dinero para hacerlo, sin embargo, cuando me depositaron mi pago, la cantidad que me dieron no era la acordada y cuando reclamé me dijeron que me pagaban sólo eso porque no había trabajado todos los días que duraba el curso”, indicó Iván.
De acuerdo con el joven, cada día debía viajar de San Salvador a Santa Ana para impartir las clases, y a pesar de cumplir con su trabajo, además que no se le pagó por su trabajo, tampoco fue inscrito al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS)
Metodología Inglés sin Barreras
El método de aprendizaje “Inglés sin Barreras”, tiene años de estar en el mercado salvadoreño.
A principios de los años noventa, se podía ver a través de la televisión los anuncios de una empresa dedicada a las ventas vía telefónica, que ofrecía dicho producto para que las personas se educaran sin tener que salir de casa.
Algunos videos, cassettes y libros, son el material que dicha empresa ofrecía a los salvadoreños por algunos cientos de colones.
El producto era de exclusiva distribución del anunciante, que a la vez representaba a la marca en El Salvador.
