miércoles, 9 de enero de 2008

Florecen negocios "made in El Salvador"


Noris y Ester empezaron su empresa vendiendo quesos a sus amigos y vecinos.


H ablar de los salvadoreños en el exterior, para muchos, significa hablar sobre las trágicas cruzadas de los compatriotas hacia Estados Unidos (EE.UU.); o peor aún recordar el sufrimiento y sacrificio que implica el hecho de emigrar, a otro país, lejos del suyo. Sin embargo, la mayoría de los que alcanzan con éxito su objetivo –establecerse en tierras estadounidenses-, tienen un reto mucho mayor, lograr el desarrollo económico no sólo de sus familias en El Salvador, sino del país mismo.

Es así como muchos de esos compatriotas emprendedores inician la batalla por destacar en sus propios negocios.

A pesar del notable crecimiento empresarial de los cuscatlecos en tierras que no son las propias, el Ministerio de Relaciones Exteriores aún no cuenta con un consolidado de estos negocios.

Sandra Novoa de Castillo, directora de Asuntos Económicos del ministerio, explica que "en estos momentos se trabaja en un registro de las empresas, el problema es que muchos no hablan de sus negocios por temor a ser extorsionados", explica.

Ciudades con más inversiónEE.UU., por alojar a cerca de dos millones de compatriotas, se convierte en el país con comunidades salvadoreñas más organizadas y por ende con capacidades superiores de inversión. Los ciudades de Long Island, Washington y Los Ángeles son algunos de las zonas con más desarrollo de la diáspora. "Los salvadoreños asentados en estas ciudades tienen más de 30 años de radicar en EE.UU., y han alcanzado un nivel económico más elevado, en comparación con los que radican en Houston y Dallas desde hace 10 ó 15 años", indica de Castillo.

Long Island, en Nueva York, es un nicho cuscatleco que alberga a 400 mil compatriotas; y simboliza para el Gobierno de El Salvador una de las comunidades más organizadas en el exterior.

"En Nueva York algunos se dedican a la jardinería, a la venta de seguros y servicios", detalla de Castillo.

Otra de las comunidades más extensas se encuentra en Los Ángeles, California, en donde viven más de 800 mil compatriotas. En esta ciudad, hasta el año 2000, se contabilizaban 200 negocios en propiedad de salvadoreños; entre los rubros de inversión destacan el de distribución de productos étnicos, agencias de viaje, restaurantes de comida típica, talleres mecánicos, empresas de limpieza entre otros.

Sin embargo, también se encuentran connacionales como Omar Vigil, propietario de Furniture Your Way Inc., que invierte en rubros como el diseño de muebles de alta calidad.

Esta empresa fabrica muebles con pieles de animales exóticos y según su página web www.furnitureyourway.net, están hechos de acuerdo a las exigencias de cada cliente.

De Castillo asegura que este empresario contribuye directamente al desarrollo local son su negocio "Vigil viene al país a comprar la armazones para sus muebles. Entonces ya se ve otro beneficio de esos negocios".

La ricura salvadoreñaLos productos con toque salvadoreño también se ven en el área de los lácteos. Quesos La Ricura Ltd., es una de las empresas propiedad de cuscatlecos radicadas en Long Island. Para las hermanas Ester Alvarado y Noris Cruz esta fábrica significa 17 años de constante trabajo, mismo que les ha dado un espacio en el mercado de producción y distribución de lácteos.

"La Ricura" comercializa ocho tipos de crema en botella y siete en bolsa, 36 tipos de quesos; además de alimentos nostálgicos como: chorizos, pupusas, tamales de elote, carne oreada, tortillas hechas a mano al estilo centroamericano.

La empresa distribuye sus productos a más de doce estados en EE.UU., además de atender al público de Canadá. Para abastecer a esa demanda, la fábrica hace uso de modernas instalaciones y un personal de planta que sobrepasa al centenar de trabajadores.

Sus fundadoras aseguran que el éxito de sus lácteos está en la técnica que emplean en el sistema de producción. "No usamos preservantes y siempre producimos quesos frescos", explica Noris Cruz.

Ester Alvarado asegura que no todo se debe a la técnica, sino que también tiene un componente espiritual. "Los diezmos y las ofrendas que entregamos son las herramientas que le han dado la fortaleza económica a la compañía. Dios nos ha probado para saber que tanto Él nos puede dar".Quesos La Ricura Ltd. tuvo sus inicios en 1990 en Westbury, Nueva York. En esa época las mujeres se quedaron sin trabajo. Esta razón motivó a Alvarado para realizar un sueño inconcluso en su país, crear un negocio propio, y que mejor que una quesería con el sabroso toque salvadoreño.

Las visionarias invirtieron su capital en comprar siete galones de leche "Noris los hacia y yo (Ester) los vendía. Empezamos vendiéndole a nuestros amigos y vecinos, luego comerciamos nuestros productos a las bodegas", recuerda.

La primera venta importante que realizaron fue de una lata con 18 libras de queso.

En la actualidad, la cobertura comercial de Quesos La Ricura se ha extendido a más de doce estados en los EE.UU. y también en Canadá. Sus cuatros fundadores concuerdan en que el crecimiento que la empresa se debe su fidelidad para con Dios.

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