El edil de Alegría se convirtió en el primer alcalde asesinado en posguerra. Había recibido amenazas en su teléfono.
El alcalde de Alegría, Wilber Moisés Funes Ramírez, de 31 años, murió ayer después de que un hombre le disparó a quemarropa, en un ataque en el que también perdió la vida la jefa de la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones de la alcaldía, Zulma Jaqueline Rivera, de 22 años, y resultó con lesiones leves un promotor social que les acompañaba.
El hecho se registró a las 10:20 de la mañana en una zona de cafetales en el oriente de ese municipio del departamento de Usulután. Funes y su comitiva se dirigían a una reunión en el cantón Las Casitas, para discutir con la comunidad la construcción de una cancha de fútbol.
El promotor se ha convertido en el principal testigo; relató a la Policía Nacional Civil que el asesino descendió de uno de los bordos de la calle empedrada, hasta interceptar el pick up en el que se conducían las víctimas.
Tras intercambiar unas palabras con Funes, quien conducía el automóvil, comenzó a disparar con una pistola calibre 0.45 contra el jefe municipal y la mujer.
El promotor dijo que tras el ataque el hombre huyó hacia la carretera que conduce de Santiago de María a El Triunfo (ver mapa). Cuando el sobreviviente notó que el funcionario estaba vivo, lo sacó del vehículo y lo llevó hasta la vía pavimentada, donde un particular los condujo al Hospital Nacional de Santiago de María, donde Funes fue declarado muerto.
El alcalde, que asumió el cargo en mayo de 2006 por el partido FMLN, deja huérfanos a dos niños. Por ahora ni la PNC ni la Fiscalía tiene claridad sobre los posibles móviles, y algunos empleados de la municipalidad se limitaron a contar que en la última sesión de trabajo de 2007 Funes les dijo que había recibido amenazas anónimas en su teléfono móvil enviadas desde internet. En esa ocasión, sin embargo, ni les dio importancia ni informó con qué podían estar relacionadas. “Él dijo que 2008 iba a ser un año bien difícil por lo de las elecciones. Nos pidió más entrega con el trabajo. A las amenazas no les dio importancia, por eso no las denunció”, comentó René Sánchez, encargado de la Unidad de Participación Ciudadana.
El padre de la joven asesinada, Alberto Rivera, aseguró que tanto su hija como el alcalde habían recibido amenazas, relacionadas con el trabajo que desarrollaban. Se excusó de dar más detalles, ya que argumentó que la información la entregará a las autoridades. La Policía, por ahora, aseguró que investigará cualquier posibilidad de móvil.
Algunos allegados al alcalde, desde el anonimato, recordaron el atentado que sufrió el papá de Funes en junio de 2007, cuando fue herido de bala tras sostener una discusión de tipo político. Otros recordaron que la alcaldía está peleando judicialmente por revertir el comodato en que la anterior administración, de ARENA, dio la laguna de Alegría.
Funes era el tesorero del Consejo Departamental de Alcaldes de Usulután y es el primer alcalde asesinado desde los años de la guerra. Su partido pidió ayer una exhaustiva investigación. Igual hicieron los diputados de la comisión de asuntos municipales.
El jefe municipal y la empleada serán velados por tres días, período que fue declarado de duelo por el concejo
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